Dos semillas se unen y una de ellas tiene la dicha y el privilegio de cuidar y alimentar con devoción y sabiduría a una criatura que nacerá dentro ella.
Esta es La única diferencia de un hombre y una mujer. La posibilidad de llevar dentro de su vientre a una nueva vida, que cargando por 9 meses sufre el peso de grandes emociones de alegría y de dolor, esto la hace especial y sagrada para la humanidad.
La mujer en tiempos pasados fue una líder para la humanidad, no solo por su posibilidad de organización y sabiduría, sino por tener la peripecia de traer al mundo lo que el hombre jamás podrá traer : otro ser humano; pero la confabulación de los hombres hizo que se despertara el egoísmo y la maldad en contra de ellas; así empieza la historia de maltrato y despojo de una mujer que se entrega sin condiciones.
Han pasado muchas años desde aquel despojo; nuevas leyes, tratados internacionales y derechos universales renacen para ellas; sin embargo la Inferioridad y la violencia hasta la actualidad perdura . Los beneficios no sirven cuando no se destinan para los cuales fueron creados, porque los intereses del hombre son más grandes que el dolor de una mujer.
Existe mucha tolerancia destructiva en la mujer, desde cachetadas, patadas, frases hirientes hasta falta de oportunidades y abuso sexual. Miles de generaciones se acostumbraron a vivir en estas condiciones, no desean esa vida de violencia, pero la aceptan como “sacrificio y Tradición”.
La humanidad ha entendido el valor de la mujer para la sociedad, sin embargo no la acepta del todo y mientras eso pase todavía las mujeres no seremos libres ni de nuestro dolor, porque el dolor que se guarda en su alma es tan igual como el dolor que se refleja en su el cuerpo y en sus sueños .
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